Como se ha mencionado anteriormente, las relaciones
interpersonales aportan elementos importantes para el desarrollo de la
estructura del sí mismo sobre todo en la edad escolar y la adolescencia.
Al interactuar con la gente vemos nuestro reflejo en ella, es decir, podemos reconocerla como
personas que tienen vivencias parecidas a las nuestras y que poseen virtudes y
cometen errores también. Hay algunas personas que se vuelven modelos para
nosotros ya que muestran cualidades que admiramos.
En esa interacción es posible encontrar referencias de
personalidad y también elementos de compañía, compresión y contención
emocional. El grupo social de referencia en el que nos involucramos, por lo
general nos provee de aquellos componentes con los cuales nos hacemos parte de
un todo mayor que favorece nuestro desarrollo emocional. El grupo de amigos
sobre todo en la adolescencia, nos aporta sensaciones de pertenencia, y es
dentro de éste que nos sentimos comprendidos y acompañados en nuestro proceso
de crecimiento.
A través de las interacciones humanas podemos descubrir
opciones diferentes para desarrollarnos en la vida: puntos de vista distintos
acerca de los temas relevantes que nos interesan, la posibilidad de tomar
caminos diversos para nuestro desenvolvimiento profesional o vivir relaciones
amorosas que enriquecerán nuestro desarrollo emocional.
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