lunes, 16 de noviembre de 2015

PLACER


El placer se ha colocado en los extremos del bien y el mal y como lo opuesto del dolor. Para los estoicos, el placer es el mayor enemigo de la moral, por lo tanto es negativo; por otro lado, el filósofo Baruch Spinoza lo considera positiva, ya que nos permite acceder a un bienestar mayor del que provee. Lo cierto es que el placer es un estado agradable ligado a actividades como comer, dormir o tener relaciones sexuales; de igual forma, apreciar el arte o crear obras es también placentero.

Conforme las personas crecemos y nos incluimos en la sociedad en la que vivimos, vamos conociendo lo que socialmente aceptado y lo que no, así que aprendemos a contener los deseos de placer de acuerdo con la exigencia social.

Las normas sociales nos marcan los lineamientos para nuestro comportamiento y nosotros tenemos la última palabra. 

Reprimir los deseos de placer no es suficiente para mantenerse en equilibrio con el medio. Saber lo que se desea y buscar caminos y opciones de la vida acordes con sus valores que llevan a la satisfacción de la persona, es lo que resulta más saludable.





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