La guerra siempre ha estado
presente en la historia de la humanidad, en nuestro país, tenemos muchos
acontecimientos bélicos como la Guerra de Texas o la Guerra de los pasteles.
Las causas de las guerras generalmente se fundan en las
diferencias entre las personas para obtener el poder territorial, económico y
político. Los invasores se perciben como superiores a los dominados, es decir, creen que su
cultura, religión, ideología o raza está por encima de la de ellos.
Este concepto se contrapone a los principios de la
democracia, ya que generalmente los derechos de los ciudadanos se ven
vulnerados y las consecuencias bélicas siempre resultan en un desequilibrio
político, jurídico, de salud y principalmente económico.
La parte opuesta a la guerra es la paz. La Real Academia Española define a la “paz” como la “situación y relación mutua de quienes no están
en guerra” o “pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición
a la guerra o a la turbulencia”. La paz es necesaria para mantener el equilibrio social, y de
esta forma el Estado es capaz de mantener la armonía entre sus ciudadanos.
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